El aceite de semilla de chía contiene múltiples vitaminas y una gran cantidad de Omega-3, lo que ayuda a proteger la barrera natural de la piel manteniendo el manto hidrolipídico saludable.
Mejora la elasticidad, nutre, regenera y calma las pieles más sensibles y secas. Otra de sus propiedades es la capacidad de combatir el acné y las cicatrices producidas por éste. Suele aplicarse en quemaduras, estrías, cicatrices, dermatitis y/o psoriasis, obteniendo buenos resultados. Si se aplica en el cabello, este se torna más brillante, fortalecido y estimula su crecimiento.
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